Entrevista de Sol y Luna


- Hoy he visto amanecer y me he acordado de ti, que lo sepas.

- ¿¡No me digas!? ¡Qué rabia! Creo que ya lo comenté alguna vez, pero leí hace tiempo que la mayoría dormimos cuando tiene lugar el acontecimiento, quizá, más bonito del día: el amanecer.
Me propongo aguardar una noche, hacer unas fotos, y luego enviártelas.

- Pero lo hacemos los dos el mismo día. Tú allí y yo aquí. A ver quién consigue las más bonitas. Aunque supongo que todos los amaneceres son bonitos.

- El sol como disfraz.... qué forma tan peculiar de pasear los sentimientos... capturando pequeños fragmentos de la vida. Y más vida que el Sol.....

- La Luna, quizá. Aunque ella es más de vivir de noche.

- Y, sin embargo, la vemos porque el Sol sigue dándole "vida".

- Por eso puede que viva más que él. Solamente recibe. No da. Pero cuando muera el Sol... ¿quién la verá?

- Sólo aquellos que la hubieran mirado tanto que la tuvieran clavada en los ojos.

- Una vez que el Sol muera la Luna eclosionará, es un huevo de dragones y el Sol es el que le da el calor que necesita.

- Oye, suena interesante. Yo diría que pasó lo mismo con ese planeta llamado "Azul"... Pero a los dragoncitos los educaron mal. No a todos, eso sí.

- Si el planeta Azul eclosionó... ¿Dónde dices que viven los dragones ahora?

- Unos encima de otros; el que se creyó más fuerte, sobre los demás. Y ese fue designando a otros dragones menos fuertes sobre los que apoyar su "grandeza". Claro está que se hizo insoportable para algunos...

- Pero era necesario un lugar fijo para que todos viviesen, ¿no?

- ¿Para vivir? Qué va; aquellos dragones vivían sobre la fantasía que creyeron mejor. Eran especiales. De hecho, se creían únicos en aquella sopa.

- Me gusta la idea, bastante.

- A mi también.

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