¿Por qué no cambia nada?

CRÍTICA | La Delegación del Gobierno en Madrid reconoció el pasado mes de julio que en el primer semestre de 2012 se registraron alrededor de 1.500 manifestaciones, récord histórico en la capital. A estas alturas, con millones de personas en las calles casi a diario, nos preguntamos qué estamos haciendo mal para que desde "arriba" se nos ignore como si fuéramos objetos materiales inertes. Y he ahí la respuesta.

Desde hace años, política y economía se mueven en una línea horizontal de Poder. Una simbiosis de la que ambas salen fortalecidas y que les permite mantener su status, su privilegio. Las élites económicas utilizan capital para comprar política a cambio de modelos políticos legales(que no éticos) que permitan incrementar ese capital. Los gobiernos de hoy día los componen señores como Luis de Guindos(Consejo Asesor del banco 'Lehman Brothers') o Mario Draghi(Vicepresidente del banco 'Goldman Sachs'). Y ambos, con pasado y futuro en el sector privado, son los encargados de gestionar las políticas económicas. Los encargados, en definitiva, de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios.

El Poder político-económico representa al 0.001% de la población mundial(91.000 personas aproximadamente que concentran 1/3 de la riqueza). Sus ingresos se deben a la actividad económica que generamos el resto, bien sea mediante el trabajo o el consumo.

Desde pequeños nuestro proceso de socialización se ha desarrollado en un Sistema paradigmático de felicidad solo alcanzable mediante el trabajo, la obediencia y el consumo. Hoy día, millones de personas claman en España por un empleo; por poder seguir "disfrutando" de aquellos materiales que nos vendieron como reflejo de la felicidad. Lo dice Coca-Cola en sus centenares de apariciones diarias: "Destapa la Felicidad".
Esa, la publicidad engañosa, prohibida por Ley, no es ni más ni menos que una nueva concesión política al sector empresarial. Y no es, ni más ni menos, que uno de los problemas más graves que condicionan la sociedad actual.

Nos hacen creer que necesitamos todo aquello que nos dicen que necesitamos; y para satisfacer esa fantasía pasamos nuestra vida a las órdenes del trabajo, del capital.

Pero, ¿y si tuviéramos cubiertas nuestras necesidades básicas (respirar, descansar, comer, beber, vestir, vivienda, y salud)? ¿Por qué habríamos de trabajar ocho horas diarias para seguir cumpliendo con necesidades artificiales? ¿Seríamos más felices que una tribu del Amazonas anclada en el pasado? El trabajo y el consumo nos hacen más esclavos que ellos, y probablemente más infelices.

Si consumes mucho, necesitas mucho. Si consumes poco, necesitas poco. Si no consumes, no necesitas. Y nosotros nos hemos dejado imbuir por un Sistema de consumismo compulsivo.


Nada ha cambiado y nada cambiará porque seguimos ensimismados ante los escaparates, ante la ropa de marca fabricada a costa de la explotación infantil, ante los medios de comunicación que venden entretenimiento y desinformación, ante las luces de colores, los pintalabios y el rímel, ante la tecnología 3D, ante el papel de regalo, ante la Navidad del derroche, ante las drogas que dejan decenas de asesinados por el narcotráfico, ante el aire acondicionado,  ante las redes sociales, ante 'Whats app'... Se me ocurren millones de cosas.

Reconocerlo y mantenernos al margen es el paso a dar si realmente queremos cambiar algo. No estoy proponiendo que nos echemos a las selvas, que abandonemos las salas de cine o los centros comerciales, que dejemos de beber cerveza o vivamos en la oscuridad de una cueva... No. Propongo que minimicemos nuestras necesidades, el consumo, el trabajo. Propongo que descubramos la felicidad en objetos no materiales. Porque si la felicidad compartida es el fin último del Ser Humano, me niego a pensar que se encierra en un bote de refresco.

No somos capaces de encontrar un término medio; al menos la mayoría. Gastamos nuestra capacidad intelectual en decidir modelitos, en aparentar más que el vecino. Preferimos no saber dónde acaban los 50 euros que pagamos por las deportivas. Quizá en un paraíso fiscal, quizá en fondos de inversión relacionados con la industria armamentística, quizá se utilizarán para pagar 10 céntimos a quien las produjo en una factoría de esclavitud, quizá para dotar de rifles a quienes oprimen al tercer mundo. Y encima nos hacen pensar que ese trabajo "es lo único que tienen"... "que pueden estar satisfechos porque su desgracia se debe a una Naturaleza perversa de recursos mal repartidos"... ¿Acaso el llamado progreso ha de estar siempre de parte de los mismos?

Estamos legitimando nuestra destrucción como Personas, como Seres Humanos, como parte de la Vida Natural, y como dijo Albert Einstein, "El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad".

4 comentarios:

La cueva del río dijo...

Lo que estas proponiendo lo están llevando a la práctica en un montón de pueblos y ciudades pequeñas de toda España. Concretamente, en la zona en la que yo vivo, la provincia de Ciudad Real, están apareciendo grupos de consumo que se alían con productores agrícolas locales. Estos productores locales tratan de recuperar y reproducir semillas autóctonas, y no tener que depender de las semillas sintéticas de los laboratorios. Además, los productores locales son los mismos que venden a los grupos de consumo, con los que mantienen una relación de confianza. Esa relación se basa en que confían en que los productores locales no utilicen productos químicos ni mierdas en sus cosechas. Todo natural y como se hacía antaño. Y muchos abuelos, al contarles esto, nos dan una lección, pues nos dicen que es lo que ellos han hecho toda la vida, y los urbanitas nos creemos que hemos descubierto algo revolucionario. Todo esto te lleva a saber cómo se producen los alimentos que comemos (saber que los tomates no crecen en Mercadona), comprender los ciclos naturales, tener paciencia, comer productos de temporada, y sobre todo a amar la tierra y respetarla. Además también se crean unas relacionEs sociales muy enriquecedoras. En fin, es una nueva forma de vida que intenta combinar tradición con nuevas ideas. Te paso un link de un grupo de consumo de Valdepeñas (Ciudad Real) por si quieres saber más sobre esto. Y felicidades por el blog, te leo frecuentemente porque te hice un link desde el mio. lacuevadelrio.blogspot.com

Este es el link del grupo de consumo "La alegría de la huerta manchega"
http://laalegriadelahuertamanchega.wordpress.com/

Saludos!!

Toma Pan y Circo dijo...

Muchas gracias y muchas felicidades por tu blog. Tienes entradas muy interesantes.

Con respecto a la agricultura "ecológica" es algo que en mi familia llevamos practicando toda la vida. Afortunadamente soy de un pequeño pueblo de la Serranía conquense.

Saludos, compañero!

La cueva del río dijo...

Pues en Septiembre me voy a estudiar a Cuenca. A ver si nos conocemos en persona!!

Un saludo, y me alegro de que lo estéis practicando. Es lo que te digo, que los urbanitas nos creemos que hemos descubierto algo revolucionario, ainnsss!!

La cueva del río dijo...

Hola!! Mira he escrito un artículo sobre la radio, y me gustaría que lo leyeras y pusieras un comentario. Gracias.

Este es el enlace:
http://lacuevadelrio.blogspot.com.es/2012/09/monstruos-de-la-radio.html